Una historia especial
12/04/2021 | 21:58 | Martín Massiti, un fotógrafo de 26 años, decidió transformar su Citröen C3 luego de ver frustrado su plan de ir a Europa por la pandemia. Hoy lleva 98 días en ruta y planea extenderlo por 2 meses más.
Martín Massiti tiene 26 años y un sueño cumplido: decidió transformar su Citröen C3 en una casa rodante y recorrer todo el sur argentino. Ese deseo, que alguna vez anotó como un pendiente, hoy lleva casi 100 días de ruta.
La decisión de concretar este recorrido surgió cuando la pandemia impidió un viaje que tenía planeado a Europa. En el camino, se dio cuenta que no era el único.
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"Me encontré con una pareja de santafesinos habían tenido la misma suerte que yo: les cancelaron la visa y ya habían vendido todo para irse y ahí estaban, viviendo a puro sentimiento", dijo.
Para desarmar su auto, Martín contó con la ayuda de su abuelo con quien trabajó codo a codo durante 2 meses. El vehículo fue montado con una estructura de caño y madera. También le sumaron una mesita para la computadora y para comer.
Martín salió de su casa hace 98 días o, medido en distancia, hace 9 mil kilómetros. Cada lugar que va visitando, lo deja plasmado en su Instagram y en postales únicas. El sitio que más le impactó hasta ahora: El Chaltén.
Su recorrido incluyó varios días en Ushuaia y hoy transcurre por algunos de los hitos del Parque Nacional Patagonia, en Santa Cruz, como la Cueva de las Manos o la Tierra de Colores.
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Si bien no tiene fecha de regreso, ya tiene un compañero inigualable de viajes -su Citröen transformado en casita rodante- y una enseñanza inolvidable: no se necesita demasiadas cosas en la vida.
Viajar en pandemia
Hoy está agradecido por haber tomado la frustración de no poder concretar su viaje a Europa y haberla transformado en un viaje único para conocer la Patagonia argentina.
Sin embargo, la pandemia está en todas partes y también le tocó vivirla durante toda su aventura.
En los últimos días, tuvo su primer sacudón. El pasado domingo hizo 72 km de tierra en su auto, algo que puede traerle problemas mecánicos. Llegó hasta el Lago Posadas y no lo dejaron pasar. Él había gestionado el permiso que se necesita pero aún no había recibido la confirmación.
Si su viaje a Europa se hubiese concretado, Martín ya estaría en su casa después de dos meses. Sin embargo, por una gambeta del destino, ya lleva tres arriba de su Citröen y planea extender el sueño por varios días más.