Valle de Calamuchita
08/01/2020 | 09:00 | Es un rincón de Córdoba que parece recortado del sur argentino, por sus ríos y pinares. A 130 km de la capital, es ideal para descansar y pasar el rato o un fin de semana.
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El camino zigzaguea y desciende para llegar a una de las postales de El Durazno. Se asoma el vado y el río de aguas cristalinas es cruzado por un puente colgante peatonal. Aquí tenés la primer postal del pueblo.
Pinares y ríos con piedras grises en su entorno son parte habitual del paisaje. Contrastes de colores se generan por las sombras de los árboles, el verde de los mismos y el celeste del cielo. Calles de tierra que se pierden en las montañas y muchas cabañas de tronco u otros materiales de la zona. Esto es El Durazno. Un pueblito muy pequeño y muy amigable. Con un par de locales de artesanías en la zona central, una vieja pulpería y una capilla. Dan ganas de caminarlo, de andar en bicicleta o a caballo para conocerlo absolutamente todo.
Te lo recomiendo para un finde o unas vacaciones distendidas de playa y sol, en contacto directo con lo natural. Vas a descansar seguro.
Tiene las mismas características de los bellos paisajes del sur argentino pero está en Córdoba, en el Valle de Calamuchita. Altos pinares, caminos de tierra y laderas de piedra gris que componen el cordón montañoso que alberga al cerro Champaquí.
El río en su camino va desarrollando cascadas, ollas profundas y playas con arena. Caminando por el río se puede llegar a Los Cajones, un tramo del río que se “encajona” en dos laderas de piedra, un lugar ideal para hacer caminatas y disfrutar de la naturaleza.
El Durazno tiene un puente colgante peatonal que pasa sobre el río, ubicado en el ingreso del pueblo, el cual se ha convertido en insignia y puesto de la selfie oficial del lugar. Este pueblo de montaña, donde abundan los pinares, pareciera ser un pedacito de la Patagonia en plena Córdoba.
En el pueblo predominan las cabañas rústicas, construidas de madera tipo alpinas y solo se encuentra un pequeño hotel boutique. También hay tres campings. Una vieja pulpería devenida en bar y una proveeduría para comprar víveres, aunque por lo general y por los altos precios debido a la lejanía del lugar, los visitantes suelen llevarse las provisiones de la ciudad.
Además, el pueblo cuenta con un pequeñísimo centro comercial con un bar, restaurantes y negocios de artesanías, estos últimos abundan principalmente en verano. A un par de kilómetros del pueblo, se encuentra la pequeña “Capilla del Carmen”, construida en 1945 y mantenida por los vecinos ya que había sido abandonado hace mucho tiempo.
-Es una buena opción para hacer base y subir al Cerro Champaquí.
-Algunos imperdibles son la Reserva Natural Los Cajones, hacer kayak en la zona o visitar el cerro Pelado y Villa Yacanto.
-En verano, sus ríos de agua cristalina son un verdadero paraíso de agua refrescante, para pasar un día o el finde completo.
-Unas 50 personas viven permanentemente en el poblado. Posee más de 700 plazas de alojamiento, en su mayoría en cabañas.
Para llegar hasta El Durazno se debe tomar la Ruta 5 hasta Santa Rosa de Calamuchita y allí seguir el camino a Yacanto, por asfalto. Una vez en Yacanto, hay que desviar por un camino de ripio 12 km para llegar a El Durazno de Calamuchita.
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