Con 61 años, viajó solo por la Ruta 40 en su antiguo Ford A

"Su muerte me hizo un clic y me dije: 'Ahora estoy bien, puedo y tengo tiempo'. Así que preparé el auto y le dije a mis amigos. Una vez hice eso, ya no podía volver atrás", cuenta Horacio Vissani, el hombre que en 2015 -y con 61 años- salió a recorrer la Ruta 40.

Hasta acá, ya parece una historia única. Sin embargo, lo que la hace aún más especial es que lo hizo en su Ford A de 1931. Al auto lo compró hace 20 años y es una tradición familiar: su papá tenía uno.

Después de tomar la decisión de emprender el viaje, puso una fecha: 15 de abril de 2015. Ese día puso primera con el baúl lleno de cosas que hoy -seis años después- cuenta que no usó casi nada: bolsa de dormir, carpa, calentador, pegamento, alcohol, paraguas, piloto, repuestos, entre otros.

Una odisea de 20 días

Horacio salió con el auto desde la puerta de su casa en Salto, Buenos Aires, sin ninguna compañía más que su querido auto. Su primer tramo fue hasta Villa María a donde tuvo el único percance con su auto: la rotura de la junta de la tapa del cilindro.

Se lo cambió y siguió por Catamarca, Salta, Tucumán, Jujuy hasta La Quiaca. Luego, bajó por las Salinas, San Antonio de los Cobres, La Rioja, San Juan y hasta Mendoza, a donde se encontró con un amigo.

La parte linda de hacerlo solo es que vas a tu ritmo. Lo que tiene de feo es que uno no puede compartir con otro las aventuras que uno hace o los paisajes que va recorriendo.

En total fueron 20 días y 5.500 kilómetros con un auto que no supera los 70 km por hora.

Lo importante es transmitir que los sueños se pueden cumplir. En el camino vi gente en bici, en moto, caminando. El día para hacerlo es hoy.

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La cebolla, un santo remedio

En La Quiaca, tuvo que poner en práctica un remedio casero para que el motor de su Ford A pudiera funcionar con más eficiencia. Compró dos cebollas, las cortó en pedacitos y las colocó en el filtro de aire.

Fue como si al auto se le hincharan los pulmones. Cambió el andar totalmente.

Meses después un amigo ingeniero le explicaría que eso es porque el ácido de las cebollas, cuando entra en contacto con el aire, produce oxígeno que es lo que su auto andaba necesitando.

De Salto a Europa

En 2019, Horacio fue protagonista de otra epopeya: junto a un conocido de su infancia, viajó a Europa y conectó Roma con París en otro Ford A.

Todo empezó una tarde cuando Walter volvió a visitar a su familia. Hacía 30 años que estaba radicado en Francia y pasó a saludar a su antiguo vecino. 

Le empecé a contar la historia de mi viaje y me dijo que él algún día quería hacer el Camino de Santiago. Yo le dije: 'Walter, tenés 57 años, tenés que hacerlo mañana'. Hay cierta edad en la que uno no puede decir algún día.

A los 4 días, recibió un llamado de Walter y lo invitó a hacer el recorrido entre París y Roma en un Ford A que compró en Argentina y que se lo llevó hasta Europa.

El recorrido unió París, la Costa Azul -Avignon, Cannes, Montecarlo- Mónaco, a donde pudieron recorrer el circuito de la Fórmula 1 en el Ford A. Siguieron por Pisa, Roma, El Vaticano, Florencia hasta Suiza. El recorrido fue de 4.500 km.

Cuando uno viaja solo, no tiene que preguntarle nada a nadie. Lo mejor de hacerlo con otro es que te vas conociendo y podés compartir cosas. 

Todo listo para salir

La pandemia frenó uno de sus planes: tenía pensado partir de San Juan con un amigo y hacer el paso de Aguas Negras que une esta provincia con La Serena y regresar por Santiago de Chile.

Tengo todo listo para salir en 15 días. No veo las horas que podamos estar todos vacunados y liberados para poder viajar.

Su objetivo: cruzar la Cordillera de los Andes en un Ford A y con sus 67 años.

Texto: Carola Cinto.