Verano 2022: 5 playas ocultas para descubrir en la Patagonia

1- Punta Perdices, Río Negro

Es considerada "el Caribe" de Argentina y está a 65 km de Las Grutas. Es una playa muy tranquila a pesar de estar cerca de algunos de los destinos más populares del sur argentino.

En esta playa se puede practicar kayak, nado y stand up paddle ya que tiene aguas con poco oleaje. La temperatura del agua oscila entre los 17 y 28 grados.

2- Rada Tilly, Chubut

Está a 15 km de Comodoro Rivadavia y nació como una villa de veraneo. Hoy está habitada de forma permanente y sus playas son ideales para disfrutar de una caminata a orillas del mar.

Se practican todos los deportes náuticos y también existe una escuela de carrovelismo. El paisaje, de aguas azules y desierto salvaje, se puede disfrutar desde sus miradores, ubicados en cada uno de los cerros que rodean la villa Rada Tilly: al norte, Punta Piedras y al sur Punta del Marqués.

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3- Villa Los Cohiues, Río Negro

Esta playa está sobre el Lago Gutiérrez, a 15 km del centro de Bariloche. Este espejo de agua es uno de los más cálidos de la zona. 

Cuenta con guardavidas y un increíble museo paleontológico, con huevos de dinosaurio, maquetas, fósiles y toda la historia de la evolución geológica de la Patagonia.

4- San Antonio Este, Río Negro

Está dentro del municipio de San Antonio Oeste y a orillas del Golfo de San Matías. Una de sus particularidades es que su playa está cubierta de caracoles que contienen un mar de color azul intenso.

Posee un puerto de aguas profundas a través del cual se exporta la mayor parte de la producción rionegrina. El Puerto se inauguró en 1983 y su principal actividad radica en la exportación de frutas provenientes del Alto Valle del Río Negro. 

5- Yuco, en Neuquén

Está ubicada a 25 km de San Martín de los Andes. Uno de sus diferenciales es el color esmeralda de sus aguas. Está rodeada de un bosque de arrayanes y otras especies de árboles.

Está dentro del Parque Nacional Lanín. Cuenta con un área de bancos con mesas al aire libre para almorzar y suele ser un lugar de descanso para quienes emprenden el sendero Las Corinas, que atraviesa el bosque y constituye un paseo lleno de cascadas bordeando el lago.