El museo de arte que cuelga obras de Picasso junto a las de artistas emergentes

Por Agustina Airut
Fotos gentileza Museo Caraffa

En la esquina de las calles Deodoro Roca y Poeta Lugones, del barrio Nueva Córdoba, conviven y contrastan dos fachadas muy distintas entre sí. Una, la que descansa frente a la Plaza España, es de estilo italianizante y corresponde al año 1916. La segunda, moderna y vistosa, es de 2017.

Estas dos fachadas tienen en común que, a pesar de ser completamente distintas, pertenecen al mismo edificio. Se trata del Museo Emilio Caraffa. Está emplazado en una de las zonas más transitadas de la ciudad y su frente vidriado no es una mera decisión arquitectónica. Transparente y de grandes vidrios invita a pensar el arte como algo accesible para todos. En palabras del profesor Jorge Torres, director del museo: “Queremos que la gente se anime y entre. Que tome consciencia de que no es solo para la elite, sino que todos tenemos derecho a disfrutar del arte”.

Su historia comienza en el año 1914, cuando abren las Salas de Pintura del Museo Provincial. Ya en el año 1916, el Museo contó con un edificio propio, concebido por el arquitecto Juan Kronfuss. Ya en 1950 adopta el nombre de Emilio Caraffa, en homenaje artista, que estuvo vinculado a su creación.

Hacia 1960, con la llegada de la década rupturista de la Modernidad, y de las famosas bienales americanas de arte, se realiza una ampliación. En el ’62 se incorpora lo que hoy sería la sala número 3. El 2017 fue el año en que el Museo Emilio Caraffa adquiere su fisonomía actual. Pasó a tener 9 salas para exhibición. “Pero lo más importante de la ampliación, fue que se hizo el alma del museo, lo que no se ve. El depósito del museo”, aclara Jorge. Agrega además que se trata de algo inédito en Córdoba: “Normalmente pasa que las colecciones se guardan en lugares que no han sido destinados al resguardo de las colecciones, que no cumplen las condiciones, sino que en realidad se adaptan. El museo cuenta con un depósito diseñado en base a normas internacionales. Es el único en el que se hizo especialmente".

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El Museo Caraffa cuenta con una vasta colección de 1.540 obras de aristas como Picasso, Corot, Foushita, Courbet, Fortuny, por mencionar sólo algunos. Dicha colección se formó gracias a donaciones y adquisiciones. Actualmente, estas obras se exhiben tanto en este Museo como en el Museo Evita. Se trata de muestras temporales en las que las obras van rotando.

La muestra permanente del Museo Caraffa convive con la de otros artistas, que van variando con el paso de los meses. Habitualmente se estrenan 4 muestras temporales por año. Lo interesante de este recinto es que se pueden ver obras de artistas consagrados y de otros que van apareciendo en el mapa pero que gozan de algún tipo de reconocimiento o trayectoria.

 Durante las inauguraciones se busca que se crucen los públicos, que dialoguen. Tal como lo explica Jorge: "Elegimos artistas de prestigio y artistas nuevos pero con cierto reconocimiento para que los públicos se crucen. La gente joven ve un gran maestro, entonces ahí estamos estimulando la memoria. Y los mas grandes, que somos más reacios a lo nuevo, vemos qué esta haciendo esta nueva generación", explica.

Uno de los principales objetivos del Museo Caraffa es ser una institución formadora. Es por eso que cuenta con un área educativa super nutrida. Es la misma que lleva a cabo visitas guiadas tanto para el público general, como para instituciones educativas y organizaciones autónomas. Para solicitar turno, se debe escribir un mail a [email protected] o bien llamar al (54-351) 434-3348/49.

Está abierto y se puede visitar de martes a domingo y feriados, desde las 10 hasta las 19 horas. El costo de la entrada general es de $250. El grupo familiar de hasta 6 integrantes cuesta $750. También se puede sacar una entrada combinada: MEC + Museo Evita-Palacio Ferreyra + Museo Palacio Dionisi por $450. Los miércoles es gratuito. 

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